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La banda se ha vuelto muy popular, no sólo en la escuela, gente de toda la ciudad se presenta para los conciertos durante los festivales. Las chicas son amadas por todos y, si bien Mio es la más popular, no es la única que tiene un club de fans. Cada integrante de la banda posee un grupo de gente para los que ella es la mejor.
Ritsu parece ser la menos…favorita, pero aunque no parezca, tiene a muchos hombres tras ella, hombres que no sólo la quieren por su habilidad con la batería. Ella es una adolescente muy vivaz, llena de energía y siempre alegre, podría decirse que es el alma del grupo. Pero lo que nadie sabe, ni siquiera Mio (que es su mejor amiga), es que Ritsu tiene un lado pervertido, muy pervertido. Su computadora contiene cientos de carpetas con imágenes y videos pornográficos, en su mesa de noche hay un cajón destinado sólo a juguetes sexuales, los cuales pide por internet y sus sábanas tienen que ser cambiadas cada dos días para que el colchón no quede impregnado por el olor de sus corridas.
Al salir de clases, las chicas deciden ir a la casa de Yui, todas salen del edificio principal conversando sobre nuevas letras para canciones o instrumentos que vieron en revistas de música. Se detienen al ver a un estudiante frente a ellas, las mira, un poco avergonzado.
-Hola ¿Necesitas algo?-le pregunta Yui, tan sonriente como siempre.
-Soy un gran admirador-le responde el muchacho-nunca me pierdo sus conciertos.
-¡Muchas gracias! ¿Quieres un autógrafo?
-En realidad venía a entregar una carta a nombre de nuestro club de fans-les muestra un sobre y Yui lo toma.
-¡Está a nombre de Ritsu!
-¿A mi nombre?-pregunta la baterista y se acerca para asegurarse. En la carta dice “Tainaka Ritsu”.
-Es una invitación, quisiéramos que asistas a nuestra reunión. Somos tus fans, amamos cómo tocas la batería, eres la mejor-el estudiante se sonroja al admitir todo eso y se calla.
-Cielos, me halagas-admite Ritsu, su cara está tan roja como la de él-claro que me gustaría ir.
-¿En serio? ¡Muchas gracias! ¡Iré a decirles a los muchachos!-el estudiante sonríe ampliamente y, antes de dar media vuelta e irse, recuerda algo importante-Lo olvidaba, la reunión es hoy a las 6:00 pm.
-¿De verdad piensas ir?-le pregunta Mio, luego de que el estudiante se fue-Ni siquiera los conoces.
-Tranquila, ellos me aman-la tranquiliza Ritsu-¿Qué podría pasar?
Siendo ya las 5:30 pm, Ritsu se despide de sus amigas y se dirige a la dirección indicada en la carta. Es una casa común, en un vecindario común. Camina hacia la puerta y toca el timbre, escucha varios pasos, luego silencio por un par de segundos, la puerta se abre y tras ella aparece un grupo de estudiantes, por los uniformes se puede deducir que son de diferentes escuelas.
-Hola-saluda la muchacha-¿Es aquí la reunión?
-¡Sí! ¡Pasa por favor!-le responde uno de ellos, todos están contentos de verla.
Ritsu entra, es una casa acogedora, la mesa está repleta de bocaditos y bebidas, ella toma uno y lo come. Le acercan a una silla, todos con una agradable sonrisa, lo raro es que se miran entre ellos por momentos. Ritsu se sienta, frente a ella se encuentra un enorme televisor.
-Tenemos preparado algo especial para ti-anuncia uno mientras enciende el televisor, otro se acerca y le ofrece más bocaditos.
 La ilusión de Ritsu por estar junto a su club de fans de desmorona al instante en que se reproduce un vídeo, el cual fue grabado desde afuera de su ventana. Uno de los estudiantes se escabulló en su patio de noche, filmó desde la ventana a la baterista en plena sesión con los queridos juguetes que guarda en su mesa de noche.
-¡Qu…Qué es todo esto!
-Parece que eres más de lo que aparentas, eres tú la del vídeo ¿No?
Ritsu intenta ponerse de pie, quiere irse de ahí, quiere desaparecer o desaparecerlos a ellos, quiere desaparecer el vídeo. Quiere morir, aunque ya está muerta de vergüenza.
-Sí que eres una pervertida, veamos si lo eres también con nosotros.
-¡Me largo de aqu…!-pero no puede terminar la frase, la vista se le nubla un poco, empieza a marearse y sus piernas no responden adecuadamente. “La comida” piensa, “Le pusieron algo a lo que comí”. Su cuerpo se relaja por completo y todo se oscurece.
Al despertar, la adolescente se percata de que ya no está en la sala, ahora está en una habitación. Tarda algunos segundos en darse cuenta de que su ropa desapareció e inmediatamente se cubre con las sábanas. La puerta de la habitación se abre, los estudiantes entran y, al igual que ella, también están desnudos. Ritsu cierra los ojos, su cara se pone roja y el miedo la invade, ya que sabe lo que está por ocurrir. Siente que la cama se mueve, hay alguien a su lado. Uno de los estudiantes jala las sábanas y las arroja a una esquina, el cuerpo de la baterista queda a la vista de todos.
-Tiene pechos pequeños, pero no está nada mal.
-Pero miren esas bonitas piernas, eso le ayuda bastante.
-Yo quiero ver su culo, es lo que más me gusta de ella.
Ritsu siente asco por los sujetos y sus comentarios, pero siente aún más asco cuando se acercan para manosearla, ella se sacude pero la sostienen de los brazos.
-No creo que quieras resistirte-le dice el que parece ser el líder del “club de fans”-recuerda que tenemos ese vídeo tuyo y ahorita estamos filmando también-señala una cámara ubicada en la cómoda.
-Son unos malditos…
Un estudiante toma la mano de la joven y la lleva hacia su pene, ella sabe que si no hace lo que le piden, todo el mundo verá esos vídeos y no podrá volver a ver a la cara ni a su familia ni a sus amigas. Toma el pene y comienza a masturbarlo. Otro se acerca para recibir el mismo trato, con la otra mano repite el acto. Masturba a los dos sujetos mientras ve cómo los demás sonríen con malicia, se van acercando, ansiosos por que sea su turno.
Luego de acariciar todos los miembros, ya están listos para la acción. Ritsu se acerca de mala gana a uno de ellos y lo chupa, aplicando lo que ha visto en las películas pornográficas que ve todas las noches. Es la primera vez que le da una mamada a un pene de verdad, los estudiantes gozan como nunca, creyendo que ella debe haberle hecho lo mismo a muchos hombres más, pero la realidad es que los únicos penes que se ha metido en la boca son sus juguetes. Uno tras otro, los penes son engullidos por la muchacha, quien intenta aguantar las ganas de vomitar. Su cuerpo es acariciado por los que esperan otra sesión, algunos llegan a su límite y eyaculan en su boca, ella se ve obligada a beber el semen y llevarse a la boca el siguiente miembro sin dejar de agitar sus manos. Cada uno logra correrse en su boca, no pudiendo beber tanto semen, deja car un poco en la cama. No les importa mucho, se concentran más en el placer que les brinda.
Muchas manos recorren sus muslos y glúteos, su culo redondo es objeto de deseo entre los sujetos, le dan algunas nalgadas, otros optan por acariciar sus pequeños pechos y pellizcar sus pezones. Los muchachos ya están muy ansiosos y soban sus penes en las nalgas de la adolescente.



-Creo que ya es hora-dice uno, colocando el miembro entre sus labios vaginales. Ritsu sigue chupando, nerviosa por la inminente penetración, sus juguetes son mucho más grandes, pero ellos son demasiados y no está segura de poder resistir tanto.
El estudiante introduce su pene poco a poco, hasta que entra por completo, disfruta de la sensación que producen las paredes vaginales presionando y empieza a moverse. Ritsu se siente como una puta, pero es mejor eso a que publiquen el vídeo y todos la vean como tal, trata de no pensar en la situación, solo quiere verlo como una horrible pesadilla de la que pronto despertará. El sujeto que la penetra cede su turno a otro, quien luego de hacer lo mismo por varios minutos, le cede el suyo a alguien más. En su boca ocurre lo mismo, chupa un miembro diferente cada 5 minutos.
Deciden llevar el acto más allá, uno de ellos se acuesta boca arriba y les pide a sus compañeros que la coloquen sobre él. Ya teniéndola encima, la toma por la cintura e introduce el miembro en su vagina, otro le separa las nalgas, contempla con lujuria su apretado ano, coloca su pene haciendo presión y lo introduce. La baterista siente un poco de dolor, pero su ano ya está acostumbrado al ingreso de objetos más grandes. La doble embestida sacude el cuerpo de Ritsuko, vuelve a usar ambas manos para satisfacer a los que esperan su turno, uno le mueve la cabeza a un lado para que retome las mamadas y así, todo su cuerpo es usado para darle placer a los depravados sujetos.
Las embestidas aumentan el ritmo, siente la corrida dentro de los intestinos, lo que indica que es el turno de otro. Su culo recibe castigo por parte de varios de los estudiantes, las corridas siguen almacenadas dentro y sus nalgas están rojas por el constante golpe contra los cuerpos masculinos. Ritsu aprovecha los pocos segundos en los que tiene la boca libre para suplicar.
-Basta…por…por favor basta…ya no puedo más…
-¡Cállate! ¡Nosotros decidiremos cuando hayamos terminado!-le grita el que está junto a ella, dándole una bofetada y agarrándola fuertemente del cabello para introducirle el pene en la boca.



Conforme pasa el tiempo, los sujetos se vuelven más agresivos, las penetraciones se hacen más intensas y los insultos hacia ella, más obscenos. Ritsu no sabe por cuánto tiempo más podrá aguantar, sus sesiones de autosatisfacción son breves, cosa de algunos minutos, pero ahora lleva horas recibiendo penes por todos lados casi sin descanso, su cuerpo empieza a cansarse.
-Por favor…ya no más…ya no m…-pero la callan dándole fuertes nalgadas.
Al terminar de correrse, cada uno grita “¡El siguiente!” y es reemplazado por otro. Ritsu ya perdió la cuenta de las veces que ha escuchado “el siguiente”, trata de no pensar en que está siendo tratada como a una muñeca inflable, pene tras otro va entrando y saliendo de su cuerpo, es usada una y otra vez, tuvo muchas y muy sucias fantasías mientras se masturbaba por las noches con una pervertida sonrisa en el rostro, pero está descubriendo que la realidad no es tan agradable como la imaginación.
Algunos estudiantes lamen el cuerpo sudoroso que se sacude entre ellos, las lenguas recorren su espalda, sus nalgas, sus muslos y sus mejillas, le hacen sentir desagradables cosquillas. ¿Qué harían las chicas si me vieran así? Se pregunta a sí misma, ¿Pensarán mal de mí? ¿Entenderán que no lo hago porque quiero? Pero sus pensamientos son interrumpidos por una nueva sensación, dos estudiantes intentan meter sus penes al mismo tiempo en su ano, Ritsu abre los ojos, intenta pedirles que no lo hagan pero tiene un bloque de carne ocupando su boca. El ingreso de los miembros es lento, los glandes se abren paso ensanchando su ano, luego ingresan los troncos hasta que ambos entran por completo. La pesadilla empeora cuando los sujetos empiezan a moverse, su ano se dilata con cada penetración, la muchacha teme que su culo quede dañado.
Habiéndose corrido el primer par, otros dos hacen lo mismo, los falos ingresan en su ano por pares y se les ocurre que pueden hacer lo mismo con su boca. Con dos miembros en la boca, uno en la vagina, uno en cada mano y dos en el culo, la baterista cree que su límite se acerca. Pero la peor parte está por empezar.
Un tercer muchacho intenta introducir su pene en el ano de la baterista y ella se saca los penes que tiene en la boca para reclamar.
-¡Espera! ¡No cabrá otro! ¡Por favor no lo hagas!
Ritsu es ignorada por completo y el tercer pene entra con un poco de dificultad en su ano, la adolescente siente que va a enloquecer, su esfínter ya no da para más, pero a ellos no les importan y lo penetran ahora por grupos de tres. La baterista llora, no solo por el dolor, la impotencia y la vergüenza también se ven afectados por cómo están pisoteando su dignidad.
Luego de poco más de una hora, todos retiran sus miembros, el líder del club de fans la arrastra del cabello y la lleva al centro de la habitación, la fuerza a ponerse de rodillas mientras ellos la rodean formando un círculo. Ritsu abre la boca, ver tantas películas para adultos le da la experiencia teórica suficiente para saber lo que planean hacer. Los mira con la boca abierta lo más que puede, observa cómo se masturban hasta eyacular. El semen cae dentro de su boca, llenándola por completo, y en toda su cara, su rostro queda cubierto por una gruesa y espesa capa de semen.





Las muchachas están contentas de que Ritsu asista tantas veces a la semana a las reuniones de su club de fans, sienten que está haciendo buenos amigos ahí y esperan que un día las invite, pero ellas no saben que está siendo obligada a ir, no conocen el infierno que vive en cada reunión.