PARA MÁS RELATOS, VISITA MI BLOG: RELATOS HENTAI Y MÁS
En estos días, la sexualidad ha dejado de ser tan limitada como en la época de nuestro padres y abuelos. En la actualidad, el sexo es un acto que puede practicarse desde cualquier edad, es un tema que puede ser hablado sin miedo al "qué dirán". Quiero hablarles de un caso que, por ahora, es poco común, pero que pronto será tan natural como tomarse de la mano con alguien.
En estos días, la sexualidad ha dejado de ser tan limitada como en la época de nuestro padres y abuelos. En la actualidad, el sexo es un acto que puede practicarse desde cualquier edad, es un tema que puede ser hablado sin miedo al "qué dirán". Quiero hablarles de un caso que, por ahora, es poco común, pero que pronto será tan natural como tomarse de la mano con alguien.
Quiero hablarles de Pocky, ella es una muchacha de quince años pero con una experiencia sexual superior a la de cualquier adulto. Su baja estatura y sus pechos pequeños son propios de su edad, sin embargo, ella tiene un arma muy poderosa. Pocky tiene unas nalgas redondas y bastante bien formadas, al igual que sus mulos. En resumen, tiene un culo envidiado incluso por muchas mujeres que le doblan la edad.
Todo lo anterior mencionado, sumando el hecho de que Pocky es adicta al sexo, la convierte en la fantasía sexual de todo hombre, ella podría tener a quien quisiera a sus pies y muchos a su al rededor la desean. Lamentablemente, Pocky no sólo es adicta al sexo, también es insaciable y, hasta ahora, imposible de satisfacer. No puedo decirles que ella se acuesta con todo el que vea, sería mentirles, ella los selecciona tanto por su apariencia como por su personalidad. Pero, sin importar la edad, la estatura, la experiencia o el tamaño del miembro, nadie pudo lograr que tenga un orgasmo. Unos cuantos hicieron que pase un buen momento, pero nada más.
Un sábado cualquiera, Pocky se va de fiesta sola, no quiere amigas estorbando o amigos fingiendo que la quieren proteger sólo para quedar bien ante sus ojos. Se viste con un pantalón bastante entallado y una camiseta corta que deja ver su abdomen. Baila alegremente, no rechaza a nadie que se acerque para moverse a su ritmo, pero tampoco deja que se queden mucho tiempo. Sin que ellos se den cuenta, Pocky los analiza, mira su apariencia, su forma de moverse y de vez en cuando baja la vista en busca de un gran bulto en la entrepierna. Finalmente encuentra a uno con las características que busca, lo toma de la mano cuando termina la canción y lo guía hacia la parte trasera del lugar, salen por una pequeña puerta de metal y terminan estando solos en un pequeño y algo sucio patio.
Pocky le agarra la entrepierna, tantea el bulto en su pantalón y le baja la bragueta. El sujeto, de unos veinticinco años aproximadamente, no puede creer que esté ahí con una adolescente caliente, pero obviamente no le disgusta para nada. Pocky saca el miembro, lo masturba suavemente, las caricias de sus pequeñas manos provocan el hinchamiento del miembro, lo masturba con más fuerza, hasta lograr que se erecte por completo y se lo mete en la boca. Todos los que han tenido el privilegio de estar con ella pueden confirmar que sus mamadas están a otro nivel, nadie ha podido durar más de cinco minutos dentro de su boca y esta vez no es diferente. El sujeto se corre y ella lo bebe poco a poco, luego se pone de pie y se da media vuelta. La adolescente deja atónito a su amante de momento cuando se baja el pantalón hasta la mitad de los muslos y se agacha levemente, el sujeto entiende lo que le está pidiendo, la toma de las caderas y se lo mete lentamente, para no lastimarla. Pocky le ordena que lo haga rápido y él obedece, aún sorprendido.
Durante varios minutos, el muchacho la embiste con fuerza, jadeando como animal y pensando que la adolescente está pasando el mejor momento de su vida. Pocky siente placer, pero está lejos de alcanzar un orgasmo, suelta uno que otro gemido para darle confianza y motivarlo a que tenga un mejor rendimiento, pero es imposible. El muchacho se corre dentro de su vagina, suelta un gran suspiro de agotamiento y satisfacción, está convencido de que la adolescente vio estrellas, pero ella sólo le dirige una sonrisa forzada y le dice: Estuvo...bien.
En otra ocasión, Pocky entra a un grupo de chat en internet, siendo más exactos, a una sala de chat erótico. La adolescente busca conocer a alguien de su ciudad que esté dispuesto a organizar un encuentro, claro que primero pide algunas fotos y conversa con él para conocerlo un poco. Entabla conversación con un hombre de treinta y cinco años, supuestamente soltero y muy experimentado en las artes amatorias. Ella le envía una foto y la dirección del hotel en donde se encontrarán.
Pocky llega al lugar acordado, el hombre ya se encuentra ahí, usa unas gafas oscuras y una gorra, obviamente para no ser reconocido por algún colega o amigo. La muchacha lo saluda, su corta y ajustada minifalda y sus piernas expuestas vuelven loco al nuevo amante, quien la abraza por la cintura y camina rápidamente junto a ella para entrar al hotel. El hombre paga la habitación, toma la llave y le indica al encargado que no quiere ser molestado durante su estancia.
La habitación es amplia, una gran cama se encuentra en el centro, bajo un espejo del mismo tamaño clavado en el techo. Pocky voltea hacia el pervertido sujeto, ya se está desnudando, ella se agacha un poco para estimular su pene con la boca, pero ve que no es necesario, así sue se desnuda también.
No pasan más de quince minutos (juegos previos) para que Pocky esté acostada boca arriba en la cama, con el hombre encima de ella moviéndose como un animal cuando se aparea. La muchacha rodea su cuerpo con sus perfectas piernas, le ayuda a embestirla más fuerte y rápido. El hombre la moja con el sudor que cae de su cuerpo y suelta repugnantes gemidos cerca de su oído. Pocky se mira en el espejo del techo, se pregunta por qué, si está teniendo sexo con un adulto, tampoco logra quedar satisfecha, siente placer, pero nada más. El hombre eyacula dentro de ella, quien no puede negar que fue una gran cantidad. Se incorpora y aproxima el pene a su rostro, ella lo chupa como agradecimiento por el esfuerzo. Sin embargo, la experiencia no fue como esperaba.
Leyendo varios artículos en internet, Pocky se interesa por el tema de la violación, según algunos blogs, muchas mujeres sienten una gran excitación ante el hecho de ser violadas. Muy decidida, se pone el short más ajustado que tiene y una blusa algo transparente, pasea por las calles más peligrosas de su ciudad a altas horas de la noche, con el objetivo de que uno que otro delincuente quiera aprovecharse de ella.
Para no aburrirlos con tanta palabrería, iré directo a la parte en la que Pocky es acorralada por una pandilla, la agarran del brazo y la llevan hacia un oscuro y sucio callejón, la muchacha finge estar asustada y les ruega que la dejen ir, la idea es que eso los motive más y logra su cometido. La "obligan" a quitarse la ropa y ella obedece, forzando algunas lágrimas falsas pero sonriendo por dentro al ver que su plan es un éxito.
Uno por uno, Pocky mama sus penes, algunos también la fuerzan a trabajar con sus testículos. La adolescente no esperaba que tuvieran miembros por debajo del promedio, pero aún así tiene esperanzas de que la situación logre que consiga su objetivo.
Ya habiendo hecho un gran trabajo con la boca, Pocky hace caso cuando le dicen que se agache, apoya las manos en la pared y, obviamente fingiendo, les suplica que no lo hagan. El que parece ser el líder la manda a callar y la penetra de golpe, sus embestidas son fuertes desde el inicio, pero el acto dura poco, luego de unos minutos el sujeto se corre dentro de ella y se hace a un lado para darle paso a otro.
Pocky es penetrada por todos ellos, algunos usan su ano, otros su vagina. Los delincuentes se esmeran más cuando oyen sus falsos gritos de dolor y miedo, la nalguean mientras la embisten, la insultan y le gritan obscenidades.
Al terminar el acto, Pocky cae de rodillas, fingiendo agotamiento y hasta desmayo. Los aparentemente terribles violadores la dejan abandonada ahí, llevándose sus bragas como premio y creyendo que dejaron inconsciente a una adolescente luego de violarla. Pocky se pone de pie, se separa las nalgas para permitir que salga el semen de sus agujeros, luego se viste y camina de regreso a casa, muy decepcionada, ya que el plan no funcionó. Si bien le agradó mucho la experiencia, no alcanzó el orgasmo que tanto deseaba. La muchacha pasea por las calles de su ciudad, mirando en busca de un posible ganador, alguien que finalmente logre dejarla satisfecha.