Hoy es un día muy importante
para Queen, hoy cumple 24 años pero no quiere una celebración lujosa ni nada
parecido, solo quiere pasarla bien con los amigos y la familia. Pero Queen no
sabe que su amiga Violetta está preparando algo especial e inolvidable para
ella.
Queen camina por la calle y
siente su teléfono vibrar en el bolsillo trasero de su pantalón.
-¿Aló?
-Queen, soy Violetta. ¿Puedes
venir a mi casa? Tengo algo para ti.
-Ehhh está bien, llego en
media hora-responde la cumpleañera, un poco desconfiada porque conoce a
Violetta de toda la vida y sabe que sus sorpresas son un tanto…extrañas.
Queen toma un taxi y le
indica al chofer la dirección de su amiga, el auto se pone en marcha mientras
la muchacha intenta adivinar qué le tendrá planeado su alocada amiga. Los
edificios pasan frente a la ventana del auto y el paisaje urbano poco a poco va
transformándose, mostrando más áreas verdes y casas de campo. Su amiga Violetta
vive en una enorme casa a las afueras de la ciudad, las amigas siempre se reúnen
ahí porque hay espacio para organizar pijamadas, reuniones, fiestas y demás
actividades.
El taxi se detiene frente a
un enorme portón de madera, Queen le indica al chofer que debe tocar el claxon
y éste obedece. El enorme porton se abre lentamente y el vehículo ingresa a los
dominios de la familia de Violetta.
La distancia entre la
entrada y la casa no es corta, son casi 10 minutos en auto y el camino está
adornado con estatuas de mármol con estilo griego, la ruta está protegida por
un frondoso bosque por ambos lados. Creo que está demás decir que la familia de
Violetta tiene mucho dinero.
El taxi finalmente llega a
la casa y Queen ve que su amiga la espera en la puerta, muy emocionada y eso le
preocupa más. La joven le paga al taxista y camina hacia su amiga mientras el
vehículo se aleja.
-Amiga, te tardaste-le
reclama Violetta.
-Te dije que demoraría media
hora, eres muy impaciente Viole.
-Bueno, no importa. ¡Ven!
¡Te tengo una gran sorpresa!-le dice Violetta, tomándola de la mano y jalándola
hacia el interior de la casa.
-¡Tranquila, me vas a
arrancar el brazo!
-¿Recuerdas que querías
participar en una orgía y el idiota de tu ex novio no te permitía?-pregunta
Violetta y Queen empieza a armar las piezas.
-No me digas que vamos a
follar con algunos sujetos…
-No, claro que no-la
tranquiliza Violetta mientras abre la puerta del gran salón, dejando ver a
decenas de hombres desnudos-tú vas a follar con ellos.
Violetta empuja a Queen al
salón y cierra la puerta, la muchacha intenta salir pero su amiga le puso llave.
-¡No pienso follar con 100
hombres! ¡Déjame salir!-exige Queen.
-Pero tú misma dijiste que
te gustaría experimentar con varios hombres a la vez-le responde su amiga desde
el otro lado de la puerta-y no son 100 hombres, son 50.
-¡Aun así! ¡No quiero y no
puedo hacerlo con tantos!
-Vamos Queen, te conozco de
toda la vida. Sé que lo quieres. Bueno, regreso al rato para ver cómo estás.
¡Adiosito!
-¡Espera! ¡No te vayas!
¡Violetta! ¡Vi…!
Pero Queen deja de reclamar,
no solo porque deja de oír los pasos de su amiga, sino también porque, sin que
ella se dé cuenta, los hombres se acercaron a ella. Uno de ellos la abraza por
la espalda y ella se exalta por la sorpresa, intenta liberarse pero se
encuentra rodeada. Decenas de manos se acercan a ella y recorren su cuerpo.
Queen ve y siente cómo agarran sus tetas y nalgas, cómo manosean su cuerpo e
intentan arrancarle la ropa a tirones.
En el fondo, la muchacha
sabe que lo desea pero no quiere entregarse tan fácilmente y lucha por unos
minutos más. Finalmente, los manoseos incrementan su lujuria y disminuyen su
pudor. Ya no puede resistirse más, se arranca la ropa y se entrega al placer.
Queen se pone de rodillas e inmediatamente se mete un miembro en la boca, lo
succiona con pasión mientras sus manos tantean las demás pollas, buscando las
más gruesas para masturbarlas. La joven puede sentir los 47 glandes restantes
acariciando toda su anatomía. Mientras chupa pene tras otro, oye los insultos
de los hombres.
-¡Vamos nena, chúpamela a mí!
-¡Ahora me toca a mí,
cómetela! ¡Qué rico se la come ésta zorra!
-¡Es mi turno, acerca tu
cara! ¡Ven puta, ven chúpala!
Esas palabras no hacen más
que excitar a la cumpleañera, quien mama y masturba con más fuerza. Queen
siente que le separan las nalgas, pero ya está lista para ser penetrada.
Levanta un poco el culo (sin dejar de hacer lo que hacía) y suplica que
introduzcan una polla en cada agujero. Los hombres no lo piensan dos veces y, a
los pocos segundos, Queen está siendo embestida por la doble penetración. Ella
gime, quiere gritar de placer pero no puede por la polla que entra y sale de su
boca. Múltiples manos aprietan sus tetas y nalgas. Queen se siente como un
objeto de placer y eso le encanta, se excita cada vez más al saber que solo
está siendo usada para obtener placer, que su cuerpo sirve para satisfacer las
necesidades sexuales de los hombres. Ella también pone de su parte y mueve las
caderas, el sonido de los cuerpos masculinos chocando contra el suyo la
calienta demasiado.
Los hombres llevan un buen
rato penetrándola y finalmente acaba la primera ronda con una masiva corrida
dentro y sobre el cuerpo de la cumpleañera. Queen traga el semen que tiene en la
boca y puja para que salga de sus orificios, vacía sus entrañas para el segundo
round.
Durante la segunda, tercera,
cuarta, quinta ronda, Queen es abofeteada, escupida, insultada, humillada y
hasta golpeada, pero todo eso lo disfruta y la enciende más. Apenas se puede
ver el piso bajo sus pies, el semen cubre el suelo y su cuerpo.
-Vamos nena ¿Ya te cansaste?
-Así te desmayes, te
seguiremos cogiendo
-¿Bromean? Yo los dejaré
durmiendo a todos ustedes-los reta Queen entre gemidos-Así que, si tienen
fuerzas para hablar, úsenlas para darme más duro.
Dicho y hecho, los hombres
aumentan el ritmo de las penetraciones y la muchacha agradece en su mente a
Violetta por el regalo. Las pollas entran y salen de su cuerpo sin parar, la
joven solo descansa por un par de segundos entre turno y turno.
Violetta considera que ya
transcurrió un buen tiempo y decide ir a ver cómo van las cosas, abre la puerta
haciendo el menor ruido posible pero se ensordece con los penetrantes gritos de
Queen, quien se sacude entre un mar de hombres, con la lengua afuera y una gran
y pervertida sonrisa.
-Creo que la está pasando
bien, mejor no la interrumpo-murmura Violetta muy complacida y cierra la puerta.
Se aleja, oyendo cada vez más bajo los gemidos de su amiga.
Violetta se despierta varias
horas después, se sobresalta y mira su reloj.
-¡Mierda! ¡Me quedé dormida,
tengo que ver a Queen.
Se pone las primeras
zapatillas que encuentra y corre hacia el gran salón. La puerta está entre
abierta, se asoma y ve que ya todos los hombres se fueron. “Pudieron haberme
agradecido al menos” piensa Violetta mientras camina hacia el charco de semen
sobre el que se encuentra inconsciente su amiga.
-Queen, despierta, Queen-su
amiga la sacude para despertarla y ella abre lentamente los ojos.
-¿Y? ¿No que no podías?-le
dice a su agotada amiga mientras sonríe.
-Gracias por el mejor
cumpleaños de mi vida-le responde Queen-ya no puedo esperar al próximo año…